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Sector Edificación

El sector edificación tiene un mix de consumo muy intensivo en el uso de la climatización e iluminación, ambos con un alto potencial de ahorro energético actuando sobre el rendimiento y la utilización.

El conjunto de edificios de viviendas y el sector terciario también tienen un consumo energético muy elevado. Los edificios son responsables del 26% de consumo total, con algo más de 24.000 ktep anuales. El sector servicios consumió el 33% de esta energía y las viviendas el 67% restante.

Desglosando el consumo por ámbitos, tenemos el siguiente gráfico:

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Un dato a tener en cuenta es que prácticamente la totalidad del consumo por refrigeración corresponde al sector terciario.

Las mejores condiciones climáticas respecto a otros países europeos permiten que España tenga una intensidad energética en la edificación sensiblemente inferior a la media de la Unión Europea.

De todas formas, esto no significa que los edificios españoles sean más eficientes que los de nuestros vecinos europeos. La intensidad eléctrica en el sector terciario, por ejemplo, es un 40% superior a la media europea, mientras que en 1990 este indicador se encontraba ligeramente por debajo de la media europea.

Las propuestas de ahorro más habituales son:

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Reducción del consumo en climatización

La climatización de un edificio puede suponer más del 50% del consumo energético de un edificio.

Una forma efectiva y barata de reducir el consumo energético es la mejora de aislamientos. La colocación de aislantes en los huecos de puertas y ventanas, por donde puede entrar aire frío o caliente suele ser suficiente para obtener ahorros de hasta un 8%.

El ahorro en climatización va muy ligado a las buenas prácticas de los ocupantes del edificio. Se debe prestar especial atención a que los habitáculos a climatizar estén lo más cerrados posible, evitando que el calor o el frío se escape a través de puertas o ventanas abiertas. También se debe controlar la temperatura de regulación, ya que el consumo energético aumenta entre un 3% y un 5% por cada grado centígrado que aumente la calefacción (o que disminuya la refrigeración). En general, es suficiente con una regulación a 20º C en invierno y 24º C en verano para que la mayoría de usuarios estén en situación de confort.

El equipamiento en climatización también es determinante para reducir los costes energéticos. La calefacción mediante resistencias eléctricas puede suponer pagar hasta un 300% más que mediante bomba de calor o gas natural.

La instalación de repisas, toldos, etc. evita que la mayoría de rayos solares entren directamente por la ventana en verano. De esta forma se reducen las aportaciones térmicas al interior del edificio, reduciendo el consumo en refrigeración.

Otras maneras de climatizar

Los elevados costes de climatización presentes en la mayoría de edificios fuerzan pensar en otras formas alternativas de calentar/refrigerar los espacios.

El aprovechamiento de fuentes naturales de frío o calor permite una reducción considerable en los gastos de calefacción o refrigeración.

De todas formas, las elevadas inversiones iniciales alejan a la mayoría de interesados en estas tecnologías de realizar la instalación, a menos que se efectúe en la fase de diseño del edificio.

Un ejemplo de este tipo de tecnología son los pozos provenzales: una serie de conductos enterrados refrigeran el aire al ponerse en contacto con las tuberías enfriadas por la temperatura del suelo y un ventilador impulsa el aire frío al interior del edificio, permitiendo ahorros en refrigeración de hasta un 75%.

Iluminación

Con la tecnología actual se pueden obtener ahorros energéticos de hasta un 75%. Dependiendo de las horas de funcionamiento, el periodo de retorno de la inversión se sitúa entre 3 y 7 años.

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